El Básquet Coruña busca apoyos para reunir un aval de 180.000 euros necesario en LEB Oro. Gustavo Aranzana suena entre los candidatos al banquillo
Gustavo Aranzana un candidato al Banquillo del Basquet Coruña |
Cuando el verano irrumpe en las vidas de todos los mortales creando una aparente calma, el mundo del deporte organiza sus cambios entre bambalinas. Fichajes, bajas, concentraciones, amistosos? Un sinfín de actividades para preparar el nuevo curso. El Básquet Coruña, que cerró la temporada en una posición histórica -noveno-, ve peligrar su continuidad en la LEB Oro y busca, a tan solo una semana de cerrar el plazo de inscripciones en la liga, una salida que le permita continuar cerca de la elite.
Sin embargo, la gloria sale cara. En el aspecto deportivo, el cuadro coruñés luchó contra viento y marea para salvar la categoría en su año como novato. Y lo consiguió con éxito. El Leyma Natura se metió en los play off a la ACB y ganó la ilusión de una ciudad entera. Ahora, tras un mes de descanso, el guión parece otro y la permanencia se ve lejana. El equipo presidido por Carlos Lamora necesita presentar un aval de 180.000 euros antes del 5 de julio. Además, a esta cifra le siguen los 40.000 euros de derechos federativos. Un total de 220.000 euros que, sin ayudas externas, son inalcanzables. Lo mismo le ocurre al Lucentum Alicante, tercero en la clasificación, que renunciará a su plaza si no encuentra un nuevo patrocinador.
De este modo, los problemas económicos están por encima de cualquier otro movimiento dentro del club. El Leyma Natura ha ganado la batalla en la pista y ahora quiere hacerlo en los despachos. Los 40.000 euros correspondientes a la inscripción del equipo en la segunda división del baloncesto español no le quitan el sueño a Carlos Lamora. Su pesadilla es, en cambio, el inmenso crédito que exige la Federación. Además, uno de los principales objetivos del presidente naranja es la evolución de las categorías base -ya cuentan con más de 500 niños y ñiñas- por lo que hipotecar el club no entra dentro de sus planes.
Aunque la situación no es la idónea y la búsqueda de sponsors se antoja interminable, al Leyma Natura no le faltan pretendientes. Con la crisis económica acechando a este universo, jugadores y técnicos persiguen, más allá del prestigio deportivo, estabilidad. Algo que escasea en algunos rincones y en lo quque el conjunto herculino ha demostrado que se lleva las de ganar. Sus cuentas con respecto al ejercicio de la temporada 2012-2013 están a cero y todos los miembros de la plantilla han recibido sus pagos de manera puntual. Un dato importante que atrae a algunos jugadores sin equipo.
El banquillo del Leyma Natura está huérfano. Antonio Herrera, que guió al equipo en su primer año en la LEB Oro, ha dicho adiós al conjunto coruñés para comenzar una nueva aventura junto con Joan Plaza como segundo entrenador del Unicaja. Su marcha, provocada por la incertidumbre, revolucionó el mercado estival y el nuevo dueño del banquillo naranja es ahora una incógnita. El primero de los nombres que suena con más intensidad en el seno del cuadro coruñés es Gustavo Aranzana.
El entrenador vallisoletano, de 55 años, disfrutó de un largo año sabático tras dirigir al Cáceres en la temporada 2011-2012 y podría estar interesado en tomar las riendas del Básquet Coruña. Su carrera profesional comenzó en 1989, cuando se sentó en el banquillo del León durante ocho años. De ahí dio el salto al Valladolid y poco a poco fue conociendo los secretos y trucos de la ACB. El Cajasol fue su casa en las temporadas de 2002 a 2004 y en aquel año se trasladó a Tenerife. Fue en 2005 cuando decidió volver al equipo que le vio crecer como técnico, el León. Pero su recuerdo se alimentó tan solo durante tres cursos pues una nueva etapa, esta vez en LEB Oro, le esperaba en Cáceres.
La ciudad extremeña acogió a Aranzana hace tres años. Allí coincidió con el alero Asier Zengotitabengoa, una de las piezas clave del Básquet Coruña. Su trayectoria fue espectacular y llevó a los cacereños a disputar la fase de ascenso tres veces consecutivas. El pasado año, Gustavo Aranzana vio como su camino se teñía de oscuridad. El Cáceres, excusado por la drástica reducción del presupuesto y un inminente cambio de filosofía, cerró su relación con el entrenador de Valladolid. Desde entonces ha permanecido apartado de las pistas pero quizá sea el momento de acoger un nuevo proyecto.
Fuente: La Opinión A Coruña
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