Transcribimos las palabras de Fernando Buendía entrenador de Oumar Diakité, publicadas en La Opinión.
FERNANDO BUENDÍA Cualquier cosa que escriba de Oumar es poca para poder hacer que quien lo lea entienda lo que significa Oumar para mí y para sus compañeros, pero lo que significa es gracias a todo lo que aportó a nuestras vidas. Podríamos recordar múltiples anécdotas graciosas de estos tres años y es así sin duda como lo recordamos todos y cada uno de los que lo queremos y querremos todos los días de nuestra vida.
He decidido titular así estás líneas, porque en el caso de Oumar hemos aprendido de él más de lo que le hemos podido enseñar. A priori yo como entrenador y sus compañeros como jugadores más veteranos estábamos destinados a "enseñar" al chico nuevo. Pero la vida nos ha hecho el favor de ponerlo en nuestro camino, para que él nos enseñase a nosotros muchas de sus virtudes, como la alegría, la constancia, la humildad, el compañerismo y el tesón. Y es que sinceramente es difícil ser buen entrenador, buen jugador o buena persona sin estas virtudes que nos ha transmitido todos los días.
Decía Borges que no hay más virtud que la de ser valiente, y así empezó Oumar su aventura persiguiendo un sueño. Pero más valiente hay que ser para mantener esa eterna sonrisa inmortal todos los días de su vida incluso hasta el final, en su lucha contra la adversidad. Y digo inmortal porque algo no perece si permanece en nuestra memoria. Doy fe de que esa sonrisa y su mano tendida lo hará en todos los que hemos conocido a Diakité.
El baloncesto me ha devuelto, con creces, todo lo que yo le he dado, permitiéndome tener en mi equipo a una persona como Oumar Diakité. Allá donde se encuentre a todos nos gustaría volver a tocarle las orejas como tantas y tantas veces hemos hecho, para poder volver a disfrutar de su eterna sonrisa.
¡Te queremos!
Fuente: La Opinión
